Estoy un poco enfadado, quiero evitarlo, quiero hacer como que no, pero estoy enfadado.

Hace mucho tiempo decidí dos cosas: la primera, alejarme de la oscuridad, buscar la luz y el color de la vida. La segunda, no dejarme llevar por sentimientos negativos, no me gustan los conflictos, intento evitarlos, y si algo no me gusta, simplemente me alejo, es famosa mi capacidad de mutis por el foro, bomba de humo, y aquí no ha pasado nada. Pero no siempre se puede, claro.

Mientras mi enfado se va cultivando, yo voy haciendo como que no se nota, sigo mi vida normal, con mis cosas, mis clientes y mis temas. Pero estoy enfadado.

Lo estoy contigo, porque permitiste que vinieran a la puerta de casa a mearse, porque no cortaste en su día lo que tenías que cortar, pero sobretodo, estoy enfadado porque te dije que eso pasaría, porque no es por decirte: te lo advertí, es porque se veía claro, todos los teníamos claro menos tu, tu pensabas que eran exageraciones mías, así que cuando ayer nos enteramos de todo, tu te limitaste a entrar en cólera y yo a callarme, porque es de esos momentos que prefiero lo de la bomba de humo, solo me permití decirte: pues no me hace ni puta gracia que se vaya diciendo eso, que se siembre la duda. Aquí tu callaste, asentiste, y simplemente me dijiste: si, tienes razón.

Contigo, eso es una pequeña victoria, tan impasible, tranquilo y reflexivo que eres, que admitas que te has equivocado, es una pequeña victoria, pero de esas que no importan, porque en la vida, quien gane la guerra... poco me importa.

Estoy enfadado conmigo mismo, bastante además, porque no se decir que no a quien me importa, porque me cuesta mucho marcar limite y priorizar mis deseos delante de los que me importan, y al final, siempre me pasa que me siento estafado, estafa emocional quiero decir, porque acabo haciendo por los demás lo que no me apetece, cuando debería decir que no, ayer dije que no, me sentí fatal, no se ha acabado el mundo, nadie se ha enfadado, pero me sentí fatal.

Tengo que reinventarme, lo sé.

Voy a ver si empiezo a trabajar, o si me compro alguna cosa bonita y así empiezo a buscar la luz y el color, porque la vida es una tómbola, tom, tom, tómbola.


Pues no era mi intención que pasara tanto tiempo sin escribir, la verdad, pero es que mis días son de seguido mucho, mucho trabajo, y cuando puedo descansar, acabo estando liado con planes, cuidando la vida social y eso...

Lo cierto es que cada vez es más difícil conjugar un poco todo a la vez, porque cada cosa reclama si tiempo, y cada vez tengo menos.

Los caminos de las almas... es algo curioso, el sábado comimos con mis amigas de toda la vida, y luego se reunió un cuarto amigo, el tema es que llegado un punto empezamos a comentar en nuestras creencias más allá de la vida, yo siempre me he negado a pensar que el viaje acaba aquí, necesito pensar que los que no están, de alguna manera nos escuchan, o se ríen de nosotros... eso ya según vaya. Y fue curioso porque los tres coincidieron en que ellos creen que las almas viajan juntas, que nosotros, con unos lazos de toda la vida, que nos hemos juntado y separado por arte del destino, probablemente estábamos así de conectados porque en otra vida también lo estuvimos. Me parece una idea super romántica, que todos estamos unidos.

Sería bonito, aunque raro, pensar que con quien me voy de fiesta y pillo tajas de campeonato, era mi abuelita en otra vida.